martes, 15 de mayo de 2007

Un cuadro es no sólo una manera de adornar una habitación infantil, sino además, promover en el niño o niña la creatividad y el apego por el arte, la pintura y el color. Además de ello es un objeto que no se deteriora y permanece durante años y años, no como un juguete que caduca según la edad del niño (en muchos casos), en el caso de una pintura, ésta prevalece en el tiempo y también en la memoria del menor.
Las escenas infantiles provocan identificación, deseo de ser aquel a quien se ve retratado y en otros casos, deseo de ser aquel que pinta lo que está viendo.
Por tanto, motiva a pintar, a probar técnicas, colores y formas e incentiva e inspira a los niños a iniciar y descubrir su propio proceso de creación.
El arte ayuda a formar niños que serán mejores personas, sensibles al mundo, perceptivas, solidarias y conscientes de sí mismas. Es la herramienta más poderosa y efectiva que les podemos ofrecer para que un día, a su manera, intenten "mejorar el mundo".